Ámala o detesta aquí no se puede negar que Chelsea Handler no tiene miedo. Con una reputación que la precede, se atreve a ir donde nadie más lo hará y puede ser brutalmente mordaz con sus opiniones y observaciones. Puede que no sea del gusto de todos, pero la amo y lo he hecho durante años desde que apareció por primera vez en Comedy Central en 2007 con Chelsea Lately.
Su serie en Netflix es notablemente nítida, particularmente porque fue filmada durante un momento político difícil en los EE. UU. Y las dos temporadas que hizo se transmitieron durante 2016 y 2017. Sus invitados son diversos y variados y, a diferencia de otros programas de entrevistas, aparecen estar mucho más relajados y dispuestos a compartir más historias y opiniones personales que en la televisión convencional. Sí, hay superestrellas para conectar las últimas películas o álbumes, pero también conversa con senadores, congresistas y congresistas, activistas, autores y personalidades deportivas. Lo que hace que su programa sea diferente es el formato que toma. Al igual que en, no hay un formato establecido en absoluto. A veces es frente a una audiencia en vivo, otras veces está en el lugar y con frecuencia organiza cenas con varios invitados que conversan sobre temas específicos que son relevantes en la sociedad actual.
Handler nunca rehuye hablar de los aspectos más personales de su vida. Ella es, a todos los efectos, un libro abierto como se documenta en los cuatro que ha tenido en el puesto número uno en la lista de los más vendidos del New York Times. Esa apertura es el vehículo que le permite obtener más de sus invitados. En el fondo, es una comediante y, si bien se discuten algunos temas bastante serios en su programa, todavía está salpicado de muchas risas en el camino. Es posible que la serie haya terminado, pero eso no hace que el programa sea menos relevante, así que si buscas un programa divertido y de actualidad que te hará pensar y reír, podrías hacerlo mucho peor que Chelsea en Netflix.